La crecida del Ebro se desplaza lentamente hacia la ribera baja y alcanzará Mequinenza esta madrugada

EUROPA PRESS

La CHE subraya que la avenida habría alcanzado un caudal máximo de 3.185 metros cúbicos por segundo sin los desembalses controlados

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha informado de que en estos momentos la crecida se desplaza lentamente hacia la ribera baja y alcanzará la cola del embalse de Mequinenza a partir de la próxima madrugada, con caudales máximos próximos a los 1.700 y 1.800 metros cúbicos por segundo, manteniéndose durante este jueves.

La laminación de la avenida entre los embalses de Mequinenza, Ribarroja y Flix mantendrá la tendencia de descenso progresivo de los caudales en la desembocadura del Ebro, ha agregado la Confederación en un comunicado.

Asimismo, ha indicado que el Ebro en Castejón registró un caudal máximo de 2.235 metros cúbicos por segundo la mañana del lunes, mientras que en Zaragoza se han alcanzado los 1.868 metros cúbicos por segundo a primera hora de este miércoles, con una altura de la lámina de agua de 4,79 metros de altura.

Por otra parte, la CHE ha precisado que para los próximos tres días se espera la llegada de sucesivos sistemas frontales a la Cuenca del Ebro, que podrán dejar precipitaciones de débiles a moderadas en la mitad occidental del extremo norte de la cuenca, en los Pirineos y en el Sistema Ibérico de La Rioja. La cota de nieve se situará sobre los 700 metros en el norte y los mil en el resto.

Con estas previsiones, se mantendrá el descenso de caudal en todos los afluentes del Ebro que registraron crecidas, con pequeños repuntes en los afluentes del noroeste. En el resto de la cuenca «no se esperan variaciones importantes».

Tiempo suficiente

La CHE ha señalado que en este episodio de crecida del río se ha contado con las herramientas tecnológicas «que han permitido realizar previsiones de caudal con tiempo suficiente para tomar medidas de protección y establecer las maniobras de gestión necesarias» en los embalses de Ullíbarri y Urrúnaga, en el País Vasco; en Yesa e Itoiz, en Navarra; en los sistemas de Riegos del Alto Aragón (Huesca) y en Mequinenza, Ribarroja y Flix, en el Bajo Ebro.

Gracias a estos desembalses controlados, durante la gestión de la avenida «se consiguió reducir el caudal circulante en los ríos regulados, evitando episodios de mayor entidad». Así, esta avenida en régimen natural del río, es decir, sin la labor de los embalses se estima que habría alcanzado un caudal máximo de 3.185 metros cúbicos por segundo.

El caso «más destacado» es el de los embalses de Yesa e Itoiz, que han permitido reducir en 705 metros cúbicos por segundo los caudales punta en Castejón (Navarra).

En el caso de Ullíbarri y Urrúnaga, el desembalse preventivo ha reducido el caudal máximo registrado del río Zadorra a su paso por Vitoria de 255 a 130 metros cúbicos por segundo y en el sistema Mequinenza-Ribarroja-Flix los caudales máximos de desembalse han sido de 1.450 metros cúbicos por segundo.

Desembalse controlado

La CHE ha informado, asimismo, que este jueves, 24 de enero, ha autorizado la realización de una crecida controlada aguas abajo del sistema Mequinenza-Ribarroja-Flix, en Tarragona, que «cumple el protocolo fijado con Endesa para intentar frenar el fuerte desarrollo de la vegetación acuática (macrófitos) en el río Ebro en su tramo inferior».

La operación se desarrollará, según lo previsto, entre las 8.00 y las 20.00 horas y el caudal máximo que se alcanzará es de 1.450 metros cúbicos por segundo. Este desembalse se puede seguir a través de la página web de la Confederación Hidrográfica del Ebro, ‘www.chebro.es’, en el enlace del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH).

Estos desembalses se realizan normalmente en primavera y otoño, en función de la disponibilidad del recurso, aunque en esta ocasión se realiza ahora para aprovechar las caudales de la crecida «y se controlan para no causar afecciones aguas abajo», ha apuntado el Organismo de Cuenta.

Los efectos de la crecida de los caudales, que se realizará de forma progresiva, se notarán principalmente en el meandro de Flix, Ascó y Vinebre. A partir de Mora d’Ebre, la laminación natural de la crecida disminuirá su efecto.

La CHE participa desde hace varios años en un grupo de trabajo interdepartamental en el tramo bajo del Ebro y actualmente está integrado también en el grupo creado por el Ayuntamiento de Zaragoza para tratar la situación del tramo fluvial del entorno de la capital aragonesa, donde el pasado año se realizó una prueba piloto para la corta y eliminación de macrófitos en el río Ebro.

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