Científicos descubren unas 50 huellas fosilizadas de dinosaurio en Obón (Teruel) de hace 130 millones de años

EUROPA PRESS

Aparecen marcas con una forma que «no habíamos visto en ningún otro yacimiento»

Científicos del Grupo Aragosaurus y del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza han descubierto unas 50 icnitas de dinosaurio —huellas fosilizadas de sus pisadas— en el municipio turolense de Obón, dentro del Parque Cultural Río Martín, donde ya hay otro yacimiento en Ariño, si bien el nuevo es más antiguo.

Las huellas datan de hace 130 millones de años, de la era geológica del Cretácico Inferior, y fueron realizadas en un terreno entonces blando y que refleja «comportamientos curiosos» ya que no muestran «el paso típico, sino que giran y parece que arrastran una de las patas, marcas que no habíamos visto en ningún otro yacimiento», según ha explicado a Europa Press el paleontólogo e investigador principal del grupo Aragosaurus, José Ignacio Canudo.

Según ha indicado, los primeros indicios de icnitas fueron hallados accidentalmente hace tres años en una salida con alumnos de la carretera de Geológicas en la que participaron él y Gloria Cuenca, ambos miembros del Grupo Aragosaurus-IUCA y el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza.

Ahora, gracias a una ayuda de la dirección general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, investigadores de la Universidad de Zaragoza y del parque han realizado una limpieza superficial del yacimiento y se ha vallado para que pueda ser visitado.

Canudo ha manifestado que gracias a esta intervención «han aparecido muchas más huellas de las que inicialmente suponíamos», «distribuidas en diferentes rastros, bastante bien conservadas», que en estos momentos están en fase de estudio.

El nuevo yacimiento se encuentra en rocas, en un estrato casi plano formado a partir del endurecimiento de un sedimento depositado en el borde de un lago costero por donde los dinosaurios se desplazaban.

DESCRIPCIÓN

El investigador ha precisado que se pueden aportar algunos datos iniciales, como «la presencia de una serie de rastros de dinosaurios que se cortan» y que «las pisadas están muy deformadas» porque se produjeron en terreno blando, además de que son «espectaculares de ver porque tienen mucho reborde».

No obstante, esto dificulta «saber quién la produjo», si bien se ha podido determinar que hay dos grupos de dinosaurios, unos cuadrúpedos y herbívoros y otros bípedos y carnívoros. Los primeros son los saurópodos, «con cuello y cola larga, aunque no serían muy gigantescos», pero alcanzarían los 13 o 14 metros de longitud según se puede deducir del tamaño de las pisadas, ha comentado el científico.

Por su parte, los dinosaurios bípedos, «posiblemente eran grandes carnívoros y más pequeños, de tres o cuatro metros de longitud». Canudo ha apuntado que todavía desconoce la relación entre unos y otros y si coincidieron en el tiempo, algo que se sabrá tras las investigaciones.

El científico ha relatado que la edad aproximada de estas huellas coinciden, por ejemplo, con las que existe en Galve, otro municipio turolense, mientras que las de sur de la provincia «son más antiguas».

Las de este nuevo yacimiento son las segundas que se hallan en el Parque Cultural del Río Martín y pertenecen a una época anterior a las ya conocidas de Ariño.

Canudo ha enfatizado que este descubrimiento «es ya un nuevo atractivo de turismo cultural para los visitantes del parque», de cuyo trabajo ha resaltado el interés que han puesto en difundir el arte rupestre. En el caso de las nuevas 50 icnitas, «hay un sendero junto al yacimiento por lo que es muy accesible y adecuado para que se pueda divulgar», ha apostillado.

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